En el corazón de la innovación tecnológica, donde nacen los unicornios y surgen ideas multimillonarias en la pausa de un café, se está produciendo una tendencia notable. No en público, no en la portada del New York Times, sino susurrando entre reuniones, en canales de Slack y en paseos por las colinas de Palo Alto: la microdosificación.

No como evasión, sino como optimización. No para escapar, sino para prosperar. La microdosificación es el nuevo biohacking para la élite de Silicon Valley: los fundadores, ingenieros, inversores y visionarios que dan forma al futuro.

Qué es la microdosificación

La microdosificación consiste en tomar una cantidad inferior a la perceptible de una sustancia psicodélica, normalmente psilocibina (de trufas u hongos mágicos) o LSD. La dosis es tan baja (normalmente 5-10% de un viaje completo) que no te hace alucinar ni "colocarte", pero sí mejora tu estado de ánimo, tu concentración y tu creatividad.

Muchos usuarios afirman que aumenta la concentración, se reduce la ansiedad, se profundiza en la resolución de problemas y se intensifica la sensación de conexión. La ciencia se está poniendo al día con estos efectos, y cada vez son más los estudios que analizan sus beneficios cognitivos y emocionales.

Steve Jobs

La afición de los pioneros tecnológicos a las drogas que alteran la mente no es nada nuevo. Steve Jobs, cofundador de Apple, calificó sus experiencias con el LSD como "una de las dos o tres cosas más importantes" que había hecho en su vida. En entrevistas, indicó que los psicodélicos llevaron su creatividad e intuición a otro nivel, algo inextricablemente ligado al ADN de Apple.

Pero si en los años 60 y 70 el LSD aún se utilizaba para la exploración espiritual, ahora son las microdosis las que arrasan en Silicon Valley. No se trata de flower power, sino de focus power.

En los últimos años, varias figuras destacadas del mundo de la tecnología han admitido o sugerido (a veces abiertamente, a veces a través de fuentes anónimas) que la microdosificación forma parte de su rutina.

Pioneros de la tecnología

1. Tim Ferriss - Autor de La semana laboral de 4 horas, inversor y gran defensor de la investigación psicodélica.

2. Ayelet Waldman - Autora del libro A Really Good Day sobre sus experiencias con la microdosificación.

3. Paul Stamets - Micólogo y creador de la "Pila Stamets", popular entre los biohackers.

4. Joe Rogan - Gigante del podcast y conocido promotor de la psicodelia.

5. Dave Asprey - Fundador de Bulletproof y biohacker avant la lettre.

6. Daniel Ek (Spotify) y Sergey Brin (Google) - Según fuentes internas, ellos también son usuarios entusiastas.

En Silicon Valley no se trata de rendimiento estándar. Aquí hay que inventar lo imposible. Con cargas de trabajo interminables, competencia y constantes llamadas a la disrupción, muchos buscan formas legales de mantenerse mentalmente en forma.

La microdosificación ofrece:

  • Avances creativos en la resolución de problemas
  • Mayor concentración sin los efectos secundarios nerviosos de la cafeína
  • Resiliencia emocional y reducción del estrés
  • Liderazgo más empático y mejor colaboración

Un número creciente de empresas emergentes se centran ahora en los psicodélicos, como MindMed, Compass Pathways, Third Wave y Microdosing Institute.

Investigaciones de instituciones como el Johns Hopkins, el Imperial College de Londres y la Universidad de Maastricht confirman provisionalmente los beneficios cognitivos y terapéuticos de la microdosificación.

En un mundo en el que la tecnología evoluciona a la velocidad del rayo, quizá no sorprenda que la mente humana quiera crecer con ella. La microdosificación no es sólo una moda en Silicon Valley, sino una decisión consciente de desarrollar la propia conciencia.

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